En primer lugar deberías preguntarte para qué quieres escribir una carta de amor. ¿Acaso quieres expresar tus sentimientos por primera vez? ¿Será tu carta parte de una estrategia de conquista? ¿Tal vez quisieras pedir perdón? ¿Tal vez renovar la emoción y el entusiasmo romántico? Y cuando tengas en claro cuál es tu objetivo, deberás ordenar tus ideas y pensar sobre ellas, de manera tal que consigas expresarlo, lo mejor posible.
Ahora bien, manos a la obra... pero antes...
Si la carta no va a ser original, mejor que no sea nada. Una cosa es inspirarse, tomar una frase bonita, citar un poema romántico, pero otra es hacer propias las palabras ajenas. Nadie como uno mismo para expresar lo que siente.
Pensar en la persona amada suele ser muy inspirador. También es inspirador imaginar que tipo de sentimientos nuestra carta despertará en el destinatario.
Evita aburrir a tu enamorado/a. La brevedad hace lo que uno escribe más impactante y contundente.
No las utilices en vano. No hagas promesas que no surjan de tu corazón por la simple excusa de la conquista.
Si has de ser correspondido que te amen por lo bueno que hay en tí. No busques dar lástima autocompadecíendote o lamentándote innecesariamente. El amor debe hacer de ti una persona feliz de estar enamorada. Tampoco esperes ni mucho menos exijas ser correspondido. Trata de ser abierto y generoso.
El exceso de recursos retóricos no hace necesariamente más amorosos a los sentimientos. La belleza es simple.