Como pergaminos

de una biblioteca infinita,

un increíble y dorado sonido

yace ahora bajo mis pies.

Cayendo la tarde está

como cae el verano.

Sobre el rumor de las hojas,

el aire fresco, anuncia una tregua.

¡Ah, contradictorio otoño

brillante como el oro

y humilde como la sabiduría!

Me rindo fascinada ante

tu invitación silenciosa

a la soledad y al recogimiento.

por Galadriel Noldor