Navidad, la fiesta de la luz
Como tantas otras celebraciones populares, la navidad tiene su origen en ceremonias paganas. El solsticio de invierno en el hemisferio norte, señala el momento del año, a partir del cual, los días empiezan a ser otra vez más largos que las noches. La ocasión es singular y con ella, renace la esperanza y la vida.
Y cuan oportuna la visión de la cristiandad entonces para unificar este simbolismo ancestral con el iluminado nacimiento de Jesús. Hombre, profeta o dios, en cualquier caso, portador de un mensaje de amor capaz de expandirse entre todos los hombres y por sobre todos los tiempos.
Creyentes de cualquier credo, agnósticos anclados en la duda, ateos o quizá indiferentes, llegue a todos vosotros, junto al renacimiento solar, un sincero y dulce deseo de paz y amor, desde el profundo agredecimiento de poder contemplar, una vez más, la luz que vuelve encenderse al ritmo de la belleza vida.